jueves, 28 de febrero de 2013

Claves para entender el riesgo financiero

El riesgo es una palabra que a los venezolanos nos asusta mucho. Por diversas razones, no nos gusta tomar riesgos y menos cuando se trata de nuestro dinero. Sin embargo, es un elemento que siempre está presente en nuestra vida.
Claves para entender el riesgo financiero
Y sin duda es también uno de los aspectos más importantes en materia de inversiones. Es imposible obtener una ganancia o un premio en una inversión sin asumir un cierto nivel de riesgo.
En nuestro país, la percepción general de la gente es que el riesgo es la posibilidad de tener una pérdida. Sin embargo, en finanzas, esto no es totalmente cierto. En inversiones, el riesgo se define como la variabilidad que puede existir en los rendimientos esperados.
Es decir, una inversión es más riesgosa cuanto más variable sea el rendimiento que podamos esperar de la misma. En este sentido, se puede decir que riesgo es sinónimo de volatilidad.

El riesgo está hasta en los lugares más seguros
Sin importar lo que uno decida hacer con sus inversiones, nuestro dinero siempre está enfrentando algún tipo de riesgo. Por ejemplo, si uno decide guardarlo bajo el colchón, se estará corriendo el riesgo de la pérdida en su poder adquisitivo, debido a los efectos de la inflación.
Si uno decide meterlo a una cuenta de ahorros en un banco, es probable que suceda lo mismo, y que en el largo plazo no nos alcance para comprar lo que podíamos adquirir en un inicio.
Cuando uno invierte en el mercado de valores, ya sea directamente en el mercado de dinero ( bonos de corto plazo, etcétera), en el de capitales (principalmente acciones y productos derivados) o a través de sociedades de inversión, siempre enfrenta un riesgo. Sin embargo, es uno que afortunadamente podemos medir y decidir si es o no para nosotros.

—¿Cuál es su relación con el rendimiento?
Por lo general, para poder obtener un mayor rendimiento potencial de nuestras inversiones en el largo plazo, debemos aceptar una mayor volatilidad. Por ejemplo, guardar nuestro dinero en una cuenta a plaza ciertamente reduce nuestro riesgo, pero también nuestra recompensa potencial. En cambio, invertir en ciertas acciones incrementa la posibilidad de asumir fluctuaciones en el valor de nuestro portafolio, pero a la vez incrementa el rendimiento que podremos obtener.
En resumen, el riesgo en un portafolio de inversiones es inevitable, pero puede ser medido y manejado. De hecho, el problema central de la teoría de inversiones consiste precisamente en averiguar cómo podemos maximizar los rendimientos de nuestro portafolio, dado el nivel de riesgo que hemos decidido asumir.

— ¿Cómo saber qué nivel es aceptable para nosotros?
La respuesta es diferente para cada individuo. Existen diversos cuestionarios que aplican las casas de Bolsa a su clientela para determinar la tolerancia al riesgo que tiene cada uno de sus inversionistas. Estos estudios generalmente toman en cuenta tanto nuestras propias actitudes, como el tamaño de nuestro patrimonio y nuestro horizonte de inversión.
Generalmente, si requerimos de una alta liquidez, es conveniente tomar el menor riesgo posible. Sin embargo, si no necesitamos disponer de nuestros recursos en varios años, entonces podrá ser conveniente contemplar la posibilidad de incluir instrumentos de renta variable en nuestro portafolio.
El peor riesgo que toda persona puede enfrentar, sobre todo con sus metas a más largo plazo, es no hacer absolutamente nada con su dinero.
Si no hace planes para su retiro, para la universidad de sus hijos o para el resto de sus metas financieras y no ahorra e invierte para obtenerlas, lo más probable es que jamás pueda realizarlas.
Recordemos siempre que el riesgo éste siempre está presente en nuestras vidas. Por lo tanto, no hay que tenerle miedo, sino conocerlo y saber manejarlo a nuestro favor.

fuente: bancaynegocios.com
febrero 2013 

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